Sintomatología democrática

Hoy es lo que los analistas políticos nortemaericanos denominan supermartes. Ni más ni menos que 24 estados votan en las elecciones primarias al candidato que presentará su partido.

Los demócratas estadounidenses tienen que escoger entre Hillary Clinton y Barak Obama. Sea cual sea el elegido, supondrá una ruptura con la tradición. Por primera vez en la historia de Estados Unidos una mujer y un hombre de raza negra tienen serias opciones de acceder a la presidencia del país. Recordemos que es una nación en la que practicamente todos los presidentes han sido anglosajones y protestantes, con algunas excepciones notables, como John F. kennedy, que era de ascendencia irlandesa y de familia católica.

Personalmente, no creo que ni Obama ni Clinton sean mejores ni peores que cualquier otro político norteamericano del momento, de hecho, el que se perfila como candidato del partido republicano, John McCain ,Mantiene ciertas políticas sociales alejadas de la ortodoxia de su partido. Para que nos entendamos, es al partido republicano lo que Gallardón al partido popular, con la diferencia de que gracias al sistema electoral americano, a este tipo no se lo han podido cargar antes de que se gane la simpatía del electorado republicano.

Definitivamente, el valor que tendría la elección como presidente de uno de los dos candidatos demócratas sería social. Una demostración de que la sociedad americana ha evolucionado hasta el punto de demostrar que confía en el cambio y eso sería positivo en su conjunto, incluso si la gestión de Obama o Clinton demostrase ser un desastre. Es difícil que ocurra, pero podría pasar.

Los estadounidenses, en su papel de potencia mundial dejan mucho que desear, si bien podrían ser mucho peores y en este caso,si aceptan el cambio, se merecen un aplauso. Imaginad que aquí en Aspaña tuviésemos como candidatos a un gitano y a una mujer ¿Realmente estamos preparados para ello?

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