Sobrenombres

Seguro que habrá quien discrepe con mi opinión, pero no hay nada más triste que que te conozcan unicamente por tu nombre y apellidos. Un buen mote es esencial para el desarrollo cognitivo del ser humano. Los niños sin mote crecen menos, son más tontos y acaban trabajando de mamporreros de hipopótamos en el zoo de fuengirola o algo igual de desagradable.

Esto sucede porque un nota que no tiene un mote es basicamente un ente marginal asocial, que vive apartado de toda persona, no se relaciona ni con su familia y se pasa la vida preguntándose que ha hecho mal para que el universo se esté vengando de el. A todos nos ponen motes, porque quien no tiene cerca a gente ingeniosa o en su defecto, cruel.

Es tan cierto lo anterior que los pobres desafortunados que no tienen ninguno se lo inventan e intentan que cuaje. Esto no suele funcionar, porque tales individuos quieren que cuele un sobrenombre que les hace quedar bien. La gente no es tan tonta, cuando un panoli dice que a el en el colegio le llamaban "El crack", suele acabar conocido como "El imbecil" o "El fantasma".

Ese no es el camino, si no se tiene un buen seudónimo, es mejor dedicarse a ganárselo y no andar inventando gilipolleces. No te preocupes porque la fama se puede ganar en un único golpe, tu simplemente haz todas las estupideces que puedas y pegate al más chistoso de tus amigos, el te bautizará para el resto de tus días.

Los motes más simples se extraen del nombre y muchas veces no son exclusivos, ya sabeis, Paco, Curro, Robe...Sirven sobretodo para acortar los nombres de más de dos sílabas, que todos sabemos que son un invento extranjerizante. Los españoles somos demasiado vagos para inventarnos nombres tan largos como Sebastian, Gonzalo o Adolfo, asi que se convierten en Sebas, Gonza y Fito y a tomar por saco. No hay que confundir esto con los diminutivos, que son muy ofensivos. Incluso en boca de un familar o amigo, producen tal vergüenza que solo se puede lavar con sangre...ajena, a poder ser.

La ventaja de estos seudónimos es que no suelen tener el componente de chascarrillo de otros motes, la desventaja es la ya mencionada antes, no son exclusivos.

En otras muchas ocasiones, como seguimos siendo un pais de poca originalidad a la hora de bautizar, los nombres se repiten. De esta forma puede ocurrir que dos personas compartan el mismo nombre y se haga difícil distinguirlas cuando salen en una conversación y no están presentes. Entonces se crea un mote dual, que es algo muy profesional. Por ejemplo tenemos a Dark Fran (Por que le gusta el Heavy Metal y va de negro) y al Fran de la Luz o Light Fran, que ni vive en ese barrio ni es electricista, pero coño, hay que diferenciarlos... Otro ejemplo serían el José Blond y el José Brown, definidos por la diferencia en su pigmentación capilar.

Estos sobrenombres pueden ser bastante inocuos, como los presentados anteriormente, o ser de una mala leche increible, ya que establecen comparación y las comparaciones ya sabemos que son odiosas. (Sobretodo para quien que sale perdiendo, que coño)

También pueden ser heredados, como creo que es el caso del Cuti, que se encontró con su apodo sin comerlo ni beberlo, a causa de que a un familiar suyo le llamaban así.

Existen motes genéricos que acaban adscritos a una sola persona con tal fuerza que se convierten en un seudónimo personal, por ejemplo paquete (que juegas muy mal al fútbol) o muñon (que se te dan muy mal los fps o el pro). No voy a poner ejemplos porque son vergonzantes en extremo. Ser el paquete de la clase era lo peor que le puede pasar a un aspañolito en edad prepuber.

Otro motes evolucionan (algunos dirían que degeneran), como el caso del Karz, se empieza con juanca, se sigue con juankarztein, luego se pasa a Karztein y luego al ya mencionado Karz. Economía del lenguaje en acción, oiga. El andaluz es el futuro del español.

También hay motes que dependen de las actividades de ocio predilectas del nota, ejemplos, el Lagarto es el Lagarto porque jugaba al warhamer con hombres-idem, Su predilección por los quecos, perdón...soldados de élite (ja ja ja) le dió un sobrenombre, al igual que el alcoholismo ha a dado el suyo al Manolo Bor(racho)

Evidentemente, una gran base para rebautizar a las personas es su apariencia física...que si el gordo, que si el pecas, que si el ganfas... Estos motes, aunque son muchas veces ofensivos y van a ver si te comen la moral, acaban convirtiéndose en tan identificativos que al susodicho, si tiene una personalidad minimamente fuerte, acaba por asumirlos y vivir feliz con ellos. A otros pobres les desgracia la vida y entonces intentan cambiarlo o protestan cuando les llamas así, consiguiendo que te den más ganas de recurrir a su mote. El que se pica ajos come

Creo que mi propio mote, Barbas, proviene de esta categoría, la foto es de hace cinco años, cuando empezaron a llamarme asi.

Esto me lleva a otra cuestión, el gordo puede adelgazar, el pecas puede hacerse un tratamiento químico en la piel y el ganfas puede operarse la vista con láser, pero eso no significa que sus amigos vayan a dejar de llamarles gordo, ganfudo y pecoso. Un mote es como los diamantes, para toda la vida. Yo ya me puedo afeitar todo lo que quiera, que Barbas me quedaré.

Cuidad pues de ellos, que son un tesoro.

Un saludo!

Video: Primus - My Name Is Mud