Ya no bebo más, ya solo lo mismo

Pues ya es viernes. Estupendo, como cada viernes, la frase que más voy a repetir es: Jefe, otro gin tonic!

El tiempo de noche se mide en copas, no en horas. No hay segundos, si no grados en tu whisky. No pasan los minutos solo los tragos.

Las dos primeras copas son el momento en el que se socializa. Achispado, te hace gracia todo y todo el mundo te cae bien, o por lo menos mejor que cuando estás sobrio. Es el momento perfecto para contar chistes malos, criticar a alguien criticable (o no) y ponerse al día con lo transcurrido en la semana.

Entre la tercera y la cuarta es el momento de la lujuria, al menos en mi caso. si no aprovechas este momento para lanzarte sobre algún cuello, probablemente ya no lo hagas. El estado de embriaguez leve es perfecto para ligar, pero una borrachera brutal no vas a pillar cacho como no sea con las enfermeras del clínico...

Con la quinta y la sexta, si sigues operativo, seguramente el alcohol te tenga justo donde quiere. es el momento de la golosalia, la afasia, la exaltación de la amistad y las teleportaciones. esos momentos en los que de pronto, estás en un sitio y de pronto en otro, sin saber como has llegado hasta allí. Evidentemente te da igual, estás muy ciego.

De siete para arriba, bordeas el coma etílico, pero eso depende de la constitución de cada uno. Es el territorio de la última o las últimas. Dentro de poco, si quieres seguir bebiendo vas a tener que irte a un after hours, con lo chungo y de gambiteros que es eso. En la foto llevaba siete gin tonics ya, estaba meditando que guano hacer, que lo ven a uno siempre de juerga...

Nos vemos por los bares. All is full of love

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