Teología 601+65: Canis Canem Edit

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Frente a mi, aquella criatura quimérica, esa ridícula fusión de animales, mantenía la mano a su espalda y me miraba fijamente, respirando ruidosamente en anticipación.


Me tomó al menos un minuto recuperarme del amago de infarto que me había provocado. Pero finalmente puse mi propia mano a mi espalda y dije:

Piedra, papel, tijera, 1, 2, 3...


El engendro dejó ver un puño cerrado, mi propia mano abierta estaba frente a el. Victoria! Ahora unicamente quedaba averiguar que significaba eso.
Mi rival parecía furioso, volvió a colocar su mano a la espalda ¿Significa esto que es al mejor de tres o que estamos atrapados en un loop temporal para el resto de la eternidad? En aquel momento lo desconocía. Pensé, no puede ser tan gilipollas como para sacar piedra otra vez, pero lo hizo...y yo había elegido tijeras.
La criatura empezó a dar brincos de alegría. en ese momento escuché la voz de Beatrice, tan melosa pero a la vez desagradable como siempre. Te aconsejo que no pierdas ahora.

Odio, odio, odio los juegos de azar. Detesto no tener control sobre los resultados de algo. El azar es la gran puta, que favorece igual al más imbécil y al más listo. Y desde luego, mi rival no parecía demasiado inteligente...le miré a los ojos fijamente todo el tiempo que me atreví, se estaba relamiendo el muy hijo de puta...no parecía, como ya he dicho, muy listo...pero significaba eso que era estúpido¿ Tanto como para elegir siempre la misma jugada? Quizás incluso el más estúpido sea capaz de sorprender al más astuto, si las condiciones son las adecuadas.

PIEDRA, PAPEl, TJERA! gritó

Sus manos mostraban dos dedos en forma de V, la mía, un puño completamente cerrado.

NOOOOOOOOOOOOOO! Exclamó mientras desaparecía en una nube verdosa, acompañado de un sonoro BAMF!


Me giré hacia Beatrice. ¿Qué guano acaba de pasar?

La maldita enana se reía de mi.

Una pequeña prueba nada más, ahora se que estás preparado para aprender Triple A. Seguçia riendo mientras decía esto. Yo estaba cubierto de sudor y tembloroso. Creía que me iba a matar! No tiene gracia!Ni te cuento las ganas que tengo de machacarte la cabeza con una piedra! Grité

Beatrice dejó de reirse, señaló detrás de mi y me guiño el ojo. No quería mirar, estaba muy enfadado, pero terminé por hacerlo. Una roca se había desgajado de la plataforma en la que estábamos y flotaba cerca de mi. Eso lo has hecho tu, Jose, tu deseo de aplastarme en concreto.

Señalé al pedrusco, tan grande como una pelota de baloncesto. Empecé a mover la mano de izquierda a derecha, la roca seguía mis movimientos a la perfección. Vamos, lanzamelá, es lo que quieres. Me desafió Beatrice.

Dejé caer mi mano, la roca la siguió hasta el suelo inmovil a la vez, Beatrice parecía desilusionada.


Necesito que me enseñes, sensei Procuré que sonara todo lo irónico que pede sonar esa afirmación.

Entrecerró los ojos. ¿Qué te dije antes sobre la Triple A? Recordé que me explicó que necesitaba una epifanía, un momento en el que mi concepción del mundo se alterase. En el valle de la violencia gratuita no lo conseguiste, así que he tenido que forzarte al máximo para crear el momento. Sentenció

Osea, que no estuve en peligro en ningún momento. Era sólo una prueba

No me contestó a lo que quería, simplemente continúo aleccionándome. Cambiar la realidad a tu antojo no es algo que pueda hacerse a la ligera ¿No notas nada extraño? ¿Algo que ver con tu nariz? Dijo



Me toqué la nariz, estaba sangrando profusamente, no me había dado cuenta. Beatrice continúo. Debes encontrar tu método, una forma de focalizar la energía de tu voluntad, o te destruirás a ti mismo.

Por eso tu canturreas en latín y haces gestos con las manos...pensé. Un método, un sistema...


pensé.

La realidad sigue su camino natural, la lógica nos dice que 2+2 son 4, intentar cambiar eso no es imposible, pero al hacerlo, es como estar nadando contracorriente, necesitas el equipo y el entrenamiento óptimo. Cuanto más grande es el cambio que quieres hacer, más te expones a que la realidad se vuelva contra ti. No tienes más remedio que dominar esta habilidad por tu propia seguridad, no creas que tu existencia está libre de peligros.

Piensa en una goma elástica, cuanto más la estiras, mas daño te hace cuando se suelta y vuelve hacia ti. debes buscar una forma de...


Un súbito fogonazo interrumpió a Beatrice, mientras ella hablaba, había decidido intentar algunos cambios. Ahora el chandal con el que empecé mi descenso al infierno era historia, sustituido por un traje negro de raya diplomática, junto con un sombrero al estilo de los años 40 y una corbate negra oscura. También había traido a mi presencia o quizás creado de la nada un mp3 con varios miles de canciones, que formaba parte de un plan que se estaba fraguando en mi cabeza...
Todo al coste de un terrible dolor de cabeza, aún así noté que Beatrice estaba sorprendida conmigo por primera vez.

Ya se kung fu. Exclamé

Video: Pink Floyd - Run Like Hell