sábado, noviembre 04, 2006

Solidaridad con un desconocido

Hoy pensaba escribir acerca de una anécdota que me ocurrió durante el instituto, pero ayer me pasó algo que creo que merece la pena comentarlo al menos.

Ayer un amigo me había dicho que me pasara por el cumpleaños de su novia, que iban a estar por la plaza de la merced y allí fuí con otro compañero, aunque algo más tarde de la hora señalada y sin la intención de quedarnos demasiado, porque eso de acoplarnos toda la noche a un grupo que no conocemos demasiado no nos gustaba a ninguno de los dos. Finalmente no hubo cumpleaños al que acercarse, así que mi amigo y yo nos fuimos de bares, buscando nuevos locales que nos pudieran gustar.

Cerca de las 3:30 de la mañana entramos en el fraggle rock con la idea de tomárnos la última y para casa, nos habíamos encontrado a bastante gente, bebido lo justo y pasado bien. Una vez allí me dí cuenta a los pocos minutos de que al lado mía estaba una compañera de clase de cuando estaba en el colegio, no es que hubiesemos tenido una amistad grande, pero si que hablábamos con cierta frecuencia así que la saludé y ella respondió con un efusivo abrazo y varios besos que me dejaron bastante descolocado. Iba con una amiga así que los cuatro estuvimos charlando bastante rato. Recordé un montón de cosas sobre cuando estaba en el colegio y me reí un montón. Hasta ahí perfecto.

La parte perturbadora de todo el asunto es descubrir como he desarrollado mi conciencia en los últimos años, mucho más de lo que creía. Resulta que tengo una moralidad que va más allá del sempiterno " vive y dejar vivir" que creía que gobernaba mis actos, ayer me aproximé bastante más a algo como "no hagas a los demás lo que no quieras que te hagan a ti mismo", muy cristianófilo cierto, pero que nadie se piense que me he vuelto creyente.

En los momentos en los que hablaba solo con mi amiga del colegio, ella procuraba que la conversación subiera de tono, no voy a entrar en detalles igual que tampoco voy a poner su nombre, pero tengo que decir que era chocante porque lo primero que hizo fué hablarme de su novio. No soy enemigo del coqueteo y de hecho me gusta, pero la verdad, cuando empezararon los abrazos, las miradas y a bailarme reggueton contra mi cuerpo cuando la música era de spandau ballet...empezé a sumar 2+2 y por fín descubrí que eran 4.

En ningún momento fuí desagradable, realmente no me habían dado motivos, pero conseguí rebajar un poco el asunto con educación, metiendo más en la conversación a los otros dos contertulios. Aguantamos hasta las 6 entre un bar y otro y luego decidí llevar a cada uno a su casa en el coche. fué una noche agradable y me lo pasé bastante bien y a pesar de que me lo pusieran en bandeja, me negué a aprovecharme de la situación. Ya ven dreis a decirme que soy tonto por no hacerlo pero yo lo que creo es que he sido consecuente con mi pensamiento. A mí no me gustaría que me pasara lo que le va a pasar tarde o temprano al novio de mi amiga, tampoco me voy a convertir en el instrumento de mi amiga para poder sentirse culpable de haber bebido demasiado. Así que me retiré en esta convocatoria y dejé mi voto en blanco, aunque tenga una personalidad interesante, por más alta que sea, por más curvas que tenga o lo bonita que sea su sonrisa. Será que no hay mujeres libres en el mundo...

Un saludo

1 comentario:

Anónimo dijo...

ole tú y tus huevos!muy bien hecho! que la tia se vaya a calentar a otro!! yo tampoco soy de los que contribuyen a poner los cuernos! me parece que es lo peor que se le puede hacer a una persona, lo más humillante! asi que mejor hacer lo que tú hiciste, ademas habla bien de ti, tienes tus principios y los mantienes sea cual sea la circunstancia, me alegra de que la mujer esta no te ganará con sus dos únicas armas (lo pillas? jajaja)