Teología 2.0: Jerarquías

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La idea de dejar nuestro destino en las zarpas del pequeño engendro no era precisamente la mejor opción que se me ocurría, pero en el fondo, sus palabras tenían sentido. cada vez que intentaba concentrarme para alterar la realidad, sentía una desagradable sensación en todo mi cuerpo. El instinto me decía que no lo intentara. Como cuando llevas diez copas encima y te sientes tentado de una undécima, pero las arcadas te paran los pies en cuanto posas tus labios en el vaso. Pensé que el bichejo podría estar planteándose traicionarme, pero que en tal caso me la jugaría y volvería a intentar un viaje vía Triple A para Marta y para mi, con destino a donde carajo terminasemos.

Vale ¿Quieres hablar con estas máquinas de dar candela? Pues rápido, sueltales todo tu repertorio y más te vale que sea bueno

El Imp asintió, sonrió y empezó a gritar a pleno pulmón.

Compañeros Malefactores, damas y caballeros, pingüinos de ojos multifacetados y saltamontes con cabeza de león. (Debo reconocer que nuestra audiencia era muy variada en cuanto a su apariencia física) Parad un momento y escuchadme, no os dejeis que el instinto os supere porque tengo algo importante que deciros.

La verdad es que el discurso del diminuto engendro no tenía demasiado efecto sobre el comportamiento de sus congéneres, que seguían empeñados en traspasar el campo de fuerza y rebanarnos en trocitos muy pequeños. aún así, reconozco que el pequeño cabrón no se desanimó ni por un momento.

Escuchadme, este mortal de aquí es un guía y acaba de desobedecer una orden

de un superior

Fue decir esto y el frenesí de los demonios empezó a calmarse. Me dió la sensación de que desade el principio, el maldito bicho sabía perfectamente que iba a despertar esta reacción. Estaba jugando algún tipo de comodín en un juego del que yo desconocía las reglas.

Uno de los demonios habló. Una especie de cucaracha bípeda del tamaño de un oso, con alas de murciélago y la cabeza de lobo. Miserable trasgo maloliente ¿Qué pruebas tienes de eso?

El Imp me susurró: Jefe, se que antes te dije que no lo hicieras, pero ahora mismo, nos vendría perfecto que te sacaras algun truco de la proverbial manga...y rápido

Reaccioné y pese al dolor, me concentré con la ayuda de mi Mp3. En el fluir de la música encontré la inspiración. Dejé que el campo de fuerza cayese. Miré a la ojos del demonio que había tomado la palabra y le apunté con el dedo. Pensaba en hacer algo que lo humillase profundamente, pero no tenía muy claro el que. La malicia fluyó por mi y un segundo después, había convertido a aquella grotesca criatura en un réplica exacta de Hello Kitty, salvo porque seguía midiendo dos metros. ¿Porque coño estaría yo pensando en el guano este de Hello kitty en una situación como esta?

La Horda a su alrededor estalló en un mar de carcajadas. el transmutado demonio se miraba las manos coon incredulidad. Pensé que ahora se iba a enzarpar y en venganza, me iban a rebanar. Pero alea jacta est, como dijo cierto romano ilustre.

Otro demonio, similar a una enorme espera metálica rodeada de garfios y cadenas articuladas tomó la palabra en lugar de su compañero: Tendrás que llevarlo a ver al Duque, esto...es...es...lo que estábamos esperando.

Claro. Dijo el Imp. Esa es la idea pazguato, llevadnos hasta el. Me miró y me susurró al oido: ahora nos llevarán a ver a uno de los peces gordos, por favor, no me avergüences.

Agarré al bichejo por el cuello y le apreté a conciencia: Y tú, moderate que ahora mismo ya no me sirves para nada. Le vacilé, para que no se le subiera a la cabeza este éxito.

Los demonios nos llevaron a los tres volando a otra platarforma, bastamnte lejos de allí. Me aseguré de que Marta nunca estuviese muy lejos de mi, ninguna de sus dos mitades.

Nos depositaron frente a una cueva. El Imp me hizo indicaciones de que siguiese. Tendrás que entrar solo.

Dos puntos enano...primero, no puedo andar, segundo, adonde yo vaya, Marta se viene conmigo. No pensaba dejarla aquí a su suerte. Marta me entendió, su cuerpo me ayudó a caminar, mientras yo sujetaba su cabeza en mis manos. Jefe, te la estás jugando, no sabes a lo que te enfrentas.

Marta contestó por mi: No es que tu des mucha información, así que di algo interesante o callate la boca.

Entramos. Caminamos unos cien metros en una caverna enorme, y poco iluminada. Estaba alerta preparado para dar otro salto a ciegas si nos enfrentábamos a algún peligro, pero quería ver que es lo que nos aguardaba. Necesitaba saber que estaba pasando.

Al fin llegamos a una sima, miré hacia abajo y pude ver algo aproximarse a gran velocidad, algo muy grande, nos partamos para no ser arrollados. Apareció frente a nosotros una gigantesca criatura. La bestia que vi tenía diez cabezas y sobre sus cabezas diez cuernos y en sus cuernos signos blasfemos...la bestia que vi se parecía a un leopardo, con las patas como de oso y las fauces como fauces de león.

MI NOMBRE ES LEGIÓN, PORQUE SOMOS MUCHOS. Rugió

Video: Nightwish- Planet Hell