31 de octubre, cuando era pequeño pasaba este día acompañando a mi madre al cementerio de Benamainá. Limpiábamos las tumbas de mi familia, poníamos unas flores y hasta el año que viene, adiós muy buenas.
No voy a quejarme del abandono al que teníamos sometidos a nuestros ancestros el resto del año, los cementerios me deprimen. Quiero que mis descendientes me incineren y me esparzan por allí donde la Junta de Andalucía les permita, ni lápidas ni mariconadas.
Una vez fuí de vacaciones a Rota, No tendría más de cinco años. Me disfracé junto con mis vecinos y fuimos a pedir caramelos. Una vieja nos echó de su casa sin darnos nada. Recuerdo que nos dijo que eso era una costumbre solo de los niños americanos, que nosotros no teníamos...No, más bien, que nosotros no debíamos hacerlo.
Unos diez años después, llamaron a la puerta de mi casa, eran unos niños estrafalarios. Los hijos pequeños de mis vecinos, pidiendo caramelos.
En mi barrio ya no estábamos en Todos los Santos, Ya era Halloween. Rebusqué por la cocina y encontré algunos chicles y bombones, se los dí acordándome de lo decepcionado que me había sentido cuando aquella señora me mando a la calle con las manos vacías. Defendía sus tradiciones frente a una invasión cultural, tal y como los paganos debieron defender su fiesta de Samhain frente al tsunami cristiano que se apropió de la fecha y la convirtió en el día de todos los santos.
Pero es más light celebrar una fiesta para conmemorar a los difuntos que sacrificar a tu hijo a los dioses y a su vez es más light disfrzarse y pedir caramelos que ir a un cementerio a limpiar tumbas rodeado de marujas. La mente humana busca siempre el camino de menor resistencia, el que le hace pensar menos y sufrir menos.
Así es como se asientan las costumbres.
Dos años después estoy en el centro sentado con una litrona, pasa una amiga mía con otra chica a la que lleva atada con un collar de perro a una cadena. Me rió por dentro, se me hace esperpéntico. Pero soy discreto, que cada cual sea feliz con sus costumbres.
Al año siguiente empieza la universidad y se lo comento a una de mis primeras amigas de la clase. Resulta que ella era la chica encadenada, está bastante más delgada, por eso no la reconocí.
Cinco años después estoy en Carlos Haya donde llevo ya casi siete meses. Los médicos dicen que pronto me darán el alta, pero no terminan de decidirse. Estoy languidenciendo allí con el cable del mando de una ps2 cogido como una vía a mi mano, pasando por los rituales de la vida hospitalaria. No soy yo, solo soy mi sombra.
Un enfermero me da unos caramelos el 31 de octubre, me lo esperaba. Durante otra estancia en el mismo hospital,un tipo vestido de rey mago se paseó por todo el hospital dando regalos envueltos en papel de periódico. A mi me tocó un pato de arcilla que aún conservo.
Dos años después estoy sentado en la Latina, junto a la plaza de la Merced. Con mi novia, que va disfrazada de diablo y con una amiga suya que no recuerdo de que iba. Yo visto normal, No me atrae el asunto.
Un tipo se nos acerca, maquillado y disfrazado de Zombie. Está metido en el papel, moviendose requeante y arrastrando los pies.Lleva hasta lentillas para que sus ojos parezcan completamente blancos. Podría salir en una peli de Romero, pero aqui en La mercé, por realista que vaya no puedo evitar mirarlo y pensar que es un imbécil haciendo el polla.
Un año despúes mi novia me da tanto el coñazo que acabo cediendo. Me disfrazo de cocinero, pero con manchas de sangre por todas partes. Acabo en una discoteca en un pueblo a cientos de kilómetros de mi hogar y aunque no sea el único maqueado, me siento gilipollas, esto no es para mi.
No me vuelvo a disfrazar nunca más, unos meses después ella me deja, pero al menos pienso que no tendré que aguantar sus arranques cosplayer ni sus intentos de contagiarme sus aficciones. Echaba de menos no obstante que me cantase el opening de Evangelion al oido, aunque bueno, no lo hizo tantas veces.
Otro año despúes paso halloween follando como si no hubiera un mañana, son los años locos. Ni me entero de que es 31 de octubre, lo mismo pasa en la siguiente ocasión, y en la posterior a la siguiente en la que lo intento, pero no lo consigo.
Y a día de hoy, posiblemente me quede en mi cuchitril inmundo, con algunos amigos. Jugando al Zombies para estar en linea con la fecha, cada vez que te mate un zombie, chupito de chamán. Luego, ya se verá.
Va a ser un gran plan, pero ojalá estuvieras tu aqui, para más persecuciones locas. Saluda al monstruo de la rotonda de mi parte cuando le veas.
9 comentarios:
Yo de peque también iba al cementerio...lo de halloween, empezó cuando también era pequeña xD pero no tanto.
Me a gustado el repaso a tus 31 de octubre :)
un beso!
Lo de llevar flores al cementerio es una mierda. Yo lo que hago ahora es no comprar flores e ir a mi pueblo un día después o dos de que vaya mi familia. Así me lo ahorro aunque piensen que paso.
Y por cierto, yo no me había disfrazado en mi vida para Halloween, y este año, a mis 26 años es la primera vez :) A mi es que me gusta.
Zankokuna tenchi no youniii XD
Mierda, lo sé, tiro mi reputación gafapasta seria al saberme esa canción.
Me ha gustado mucho tu crónica de Halloween.
Unas partiditas a la play? :)
Un saludo, señor calavera pero desde el respeto de los zombies de Romero y desde el día de los difuntos, claro.
Que pase buena noche de Halloween, señor, y buen día de Todos los Santos.
Igualmente, Sr. moriel (Es que ahora que eres radiofónico has recuperado el Título)
pd: Pueee ziiii, he hecho una síntesis de las dos fiestas, pero a ti te ha gustado. xD
Me ha encantado la entrada, lo sepas.
Y a mí eso de ir al cementerio a poner flores la verdad es que me tranquiliza. Supongo que los cementerios de los pueblos son un poco más calmados, aunque el critiqueo y el mirar quién tiene la tumba más arreglada también es comidilla... Y halloween... bueno,ni me gusta ni me disgusta :)
Pues si, tengo ganas de persecuciones y de acción, de montaña rusa y de risas y lágrimas. Y eso que en esta semana he tenido mi ración. Bonitos 31 de octubre, pero te olvidaste del del año pasado, ensaladilla para cenar, por la noche, compañeros de piso, tabaco, "el juego de tu vida" en telecinco...Muy buen 31 tambien.
Besitos,
*Chiqui*
PD: Tu sabes que colisionarán hadrones...no?
Muy buena reflexión de como vamos adoptando costumbres, yo estoy esperando a ver cuando vuelven las bacanales.
Me ha gustado mucho el repaso que has hecho de tu vida a propósito del 31 octubre/ día de los Difuntos. Y mira, he aprendido cosas que no sabía :D
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