Sentía como que hacía milenios que no montaba en coche. En el todoterreno de los dos operativos de la agencia, estaba incómodo. Incapaz de estirar las piernas o incorporarse del todo, estaba tenso y se notaba.
Sus dos acompañantes también estaban intranquilos y no podían ocultarlo. Incluso con el frío polar que penetraba incluso dentro del coche, estaban sudando. Eran los nervios, No podía culparles porque hacían bien en estar intranquilos y alertas, les tenía a su merced.
Se perdió en sus pensamientos, sabía donde le llevaban pese a que no habían intercambiado palabra alguna. Las horas pasaron hasta que comenzó a a ver las luces de la civilización de la que había renegado hace años. la ciudad de los motores estaba cada vez más cerca, Notaba la creciente tensión de los dos agentes, estaban cerca de su destino.
Pararon en un polígono industrial junto al lago, ya era de noche. Se bajó del vehículo, la puertas de un almacén se abrieron empujadas por dos trajeados que le miraban intentando aparentar dureza, pasó al interior mientras el vehículo arrancaba y se alejaba rápidamente del lugar.
Poco después de entrar, cerraron las puertas tras el, había luz pero estaba oscuro. Aunque eso para el no era ningún problema. Escuchó una voz enlatada a través de un sistema oculto de megafonía. Pese a la distorsión la reconoció enseguida. Estoy en la oficina del piso superior
Pie tras pie se dirigió hacia donde la voz le indicaba. Entro en la oficina y pudo verle, después de tantos años allí estaba. El hombre se dirigió a el despectivamente: Siéntate, tenemos que hablar.
Unicamente estoy aquí porque tus hombres me han dicho que Kali está actuando de nuevo, espero que nuestros amigos no estén planeando engañarme de nuevo contestó sin sentarse
Un segundo después, el hombre, un cincuentón enjuto y de mirada lupina ladró Te dimos mucho, nos debes cada latido de tu corazón, así que no te atrevas a acusarnos de nada!
No he venido aquí a escucharte como te quejas, dame la información y os limpiaré el culo una última vez. Contestó el gigante.
El hombre delgado puso encima de la mesa un dossier. Leelo bien, tiene que ser ella, está aquí en la ciudad y la está liando bien, creemos que...
El gigante agarró el dossier y se marchó sin más ceremonia, dejando al hombre delgado con las palabras en la boca. Mientras salía volvió a escuchar la voz del viejo agente por megafonía: Volk, tu equipo y los fondos para la misión están en la caja situada a derecha de la entrada.
Volk, un nombre que no era el suyo y que al escucharlo le traía malos recuerdos. Una convención más de los que habían buscado convertirle en un instrumento de su voluntad, la manera de no tener que llamarle por su nombre y tener que pensar que era tan humano como ellos.
Salió del almacén, dejando la caja a sus espaldas. Sin siquiera abrirla
5 comentarios:
Al principio he tenido que volver varios post atras porque ya no me acordaba de la primera parte, asin soy jejejeje...
Me gusta mucho, tengo muchas ganas de saber como acaba.
Un beso,
*Chiqui*
uuuuuuuuuuuuu, qué intrigaaaa!!
quiero el del roock que si no me va apsar como con este que ya no sabía ni que esta historia había existido.
Pues estate atento el viernes, Madueño. xD
Que intriga
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