domingo, abril 12, 2009

El Bombardero marrón

26 de octubre de 1951

Joe está agotado, al borde de la derrota. Ya apenas puede levantar los brazos. El hombrecito blanco que tiene enfrente le está llevando contra las cuerdas. No quería estar alli, hacía dos años que se había retirado. De no necesitar la pasta, no se hubiese vuelto a subir al ring. Estaba más calvo, más gordo y era más lento que su rival. Esto no podía acabar bien para Joe.

Además, aunque le hacía falta ese combate, en realidad no necesitaba ganarlo, pues se llevaría bastante dinero incluso si terminaba besando la la lona. Era su orgullo de campeón lo que le impulsaba a seguir resistiendo a la bestia que tenía enfrente, una furia, un toro salvaje llamado Rocky Marciano. Poco después de empezar el combate Joe se dió cuenta de que era imposible prevalecer, pero su rabia le impulsaba a seguir peleando.

Una furia contra su el público, dirigida a su país, que después de todos los servicios que le había prestado, le acusó de evasión de impuestos, dejándole al borde de la ruina y forzándole a este último duelo al que nunca quiso ir.

Finalmente caé, el primero en ir a consolarle es su rival, tan reticiente como el al enfrentamiento. Para Rocky había sido impensable abatir asi a su héroe, una leyenda viva al que le unían tantas cosas que el color de la piel era pura y simplemente irrelevante.





22 de julio de 1938

Max no puede casi ni respirar, En apenas 144 segundos ha recibido el mayor ciclón de golpes de su vida. Se siente como si le hubiese atropellado un cambión. pero no es un camión lo que le ha pasado por encima, si no el Bombardero Marrón. Mientras intenta ponerse en pie apoyándose en las cuerdas del cuadrilátero, se debate entre la incredulidad y el estupor. Hace apenas dos años derribó a ese mismo hombre que ahora recibe el elogio de las masas. Ese titán negro que levanta los brazos contra el fue abucheado por la misma multitud en su anterior combate. ¿Por que la masa lo vitorea? ¿Porqué no acunan al dolorido Max? ¿Porqué ha perdido su favor?
América ama a los ganadores y no tiene piedad con el perdedor, piensa.

No es hasta mucho tiempo después, pasados los horrores de la gran guerra, que Max se da cuenta de una cosa. En su primer combate, pese a ser extranjero. Max representaba a la raza blanca y Joe a la negra, Cuando ganó a aquel joven de los ghettos de Detroit Max se había convertido en la gran esperanza blanca profetizada por mil cronistas deportivos. El übersmensch ario capaz de abatir a los dioses africanos que estaban dominando el boxeo profesional.
Pero en su segundo combate, el día de su derrota, Max representaba el horror nazi y Joe, era un chico de Detroit, patriota, demócrata y dispuesto a partirse la cara por la libertad. Era imposible no amarle a el, por muy negro que fuese.

12 de abril de 1981

Sabe que va a morir, hay docenas de tubos enganchados a su cuerpo envejecido prematuramente, curtido y a la vez desgastado por largas horas de gimnasio y los golpes de sus rivales. Hace meses que ni tan siquiera puede andar. Joe recuerda en su agonía los mil y un servicios que prestó a su país. Rememora como prestó su imagen y ejemplo alistándose en el ejército en lo más alto de su carrera.

Joe se convirtió en un negro bueno, un Tío Tom. Le gustaba pensar que había tendido puentes para las futuras generaciones, pero despreciaba el servilismo al que se había visto avocado. Máxime cuando la respuesta de su gobierno fué la que fué.

Cuando su vida se apagó, el último recuerdo que evocó fué el de si mismo desfilando al ritmo que le marcaba un sargento blanco, un jodido cracker de Illinois.

21 de abril de 1981

Max cuelga el teléfono, recibe la noticia de que su viejo rival y amigo Joe descansa finalmente en el cementerio de Arlington. Se sirve un brandy en su oficina, la vida le ha tratado bien. Ironicamente, pese a haber servido en la Luftwaffe, Los americanos le recuerdan con cierto cariño, Max acaba convertido en uno de los representantes de cocacola en su país. hace una fortuna y acaba entablando amistad con su anterior rival, al que incluso ayuda economicamente.

De hecho, el es quien ha pagado su funeral. Todo por evitar que otro conocido de Joe lo hiciera, Max no podía permitir que un delicuente pagase el descanso eterno de aquel coloso. Haber sido amigo de Joe era para Max un gran orgullo, casi tanto como las vidas que salvó de los nazis durante la guerra.

12 comentarios:

Light Frtan dijo...

Me encanta la publicacion realmente he disfrutado leyendola, mas aun me gusta que hayas vuelto por estos lares.

Un saludo desde Madrid.

Neutral Fran (o Fran el gris :D) dijo...

Hombre, que decir ante esto... esta bien narrado y tal, no esperaba menos de ti pero es un poco por la cara no?:s pero bueno, aun asi se ve que no has olvidado tu blog

Sr. Calavera dijo...

Y luego que firmara Paco...y Ya estaríais los cuatro Franes (sin nata.

En fin, es gratuito si, como todo en este blog. :D

Mademoiselle Chocolat. dijo...

...y pensar que tooodo este laaargo post, salio a partir de una conversación que tuvimos sobre la poca historia que me enseñan...xD
dito sistema educativo...

muuuuaaaks!
Vic.

Hard Fran dijo...

Me ha gustado mucho el realto, bueno, la forma de relatarlo. Casi he ido viendo las escenas como si de una película se tratase y creo que habría sido una buena película. La historia real es buena, pero tu narración la mejora.

Me has debido pillar de buenas, porque pocas veces comento así jejeje
Anda señor Barbas, espero que vuelva al universo bloguil y podamos seguir leyéndole así.

Un saludico, amigo

J.J.Madueño dijo...

Ya era horaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa pensaba que no ibas a colgar ningun post más gañan.

La verdad que la historia es conmovedora pero si de verdad quieres saber que hay dentro del boxeo espera meterte otra vez con Villaralto.

Un abrazo gañan.

Sr. Calavera dijo...

Señor Juanjose, con villar alto no me meto (a ver quien tien cojones. xD) es a ti a quien le doy candela, que te la mereces. :P

Chiqui dijo...

Esta escrito muy profesional y este mensaje muy aseptico, que estoy mosquea, hala.

Un besote mi niño,

*Chiqui*

Superbaturra dijo...

hacía mucho que no te leía y ha sido una gozada ;D

Pamina dijo...

Es usted muy buen narrador, ke sepa ke me da envidia (de la sana, ehh :D)
Un saludo

Milton Castro dijo...

Simplemente genial. De verdad.

Letichan dijo...

Ciudadano... Me ha encantado. Enhorabuena. Me quito el sombrero.