Transkinkanya (I)

La crisis nos golpea a todos y obligado por las circuntancias, el Niño C se ve obligado a aceptar un empleo como repartidor del Pizza west. Hace ya unos meses que no encuentra trabajo en la obra y con el subsidio del desempleo no llega para pagarse la farlopa y los tuneos que quiere hacerle a su Seat Leon.

Todo marcha estupendamente, hasta que un día se ve obligado a hacer un reparto en Pinares de San Antón. Lejos de todo rastro de civilización, nuestro joven y jovial héroe se pierde y termina en lo alto de un monte, frente a el lo único que puede ver es un enorme castillo de aspecto ominoso.

Llueve a mares así que acelera su Ducatti y se planta en la puerta acarreando una pizza 4 quesos familiar, una bolsa de pan de ajo y un paquete de chester. Esta cayendo una que ni cuando el tornado de San Andrés y el protagonista comienza a protestar contra todo lo que le pasa por la cabeza. Incluyendo a la Vane, que le ha puesto los cuernos con el Isra.


Pega varias veces en la puerta, pero nadie le abre, así que se cabrea y se come todo el pan de ajo sólo por joder. en el momento en que termina, la puerta se abre sola. Una voz enigmática y profunda surge del interior. Entrrre caballiero, aqui estarrrá a sialvo di la tiormenta.


Nove pae, que siensia no? (Vaya, el portero automático de esta vivienda es muy avanzado)






Avanza por el recibidor del oscuro castillo, iluminado unicamente por la titilante luz de unos pocos candelabros. Junto a la pared se observa una sombra siniestra y a escasos metros de ella, un hombre de extraña apariencia.


Cucha el tío shungo, vaya peluca non? ¿Te peina la shari o que?¿has llegao ahora de loh carnavaleh?Miraaaa, tú hah pedío un 4 quesoh? Po aligerando y no me vaya a dáh un bin laden cola (Buenas noches, le traigo su pedido, siento informarle de que sólo dispongo de cambio de 50 euros)


¿Qué? Oh siiiii...Si hie piedido ieso que ustied dissse, perrrro...¿Piorrrque no se sienta un miomiento y me cuenta más cosas sobre iusted?


Nuestro héroe mira con sospecha al anciano el cual se va acercando cada vez más a el, con las manos extendidas y relamiéndose. De pronto, con una velocidad impropia de un jubilado, el viejo se abalanza sobre el y lo apresa con tal fuerza que el pobre Niño C se ve incapaz de liberarse.


Zuertaaaaa....Contigo no, bisho! Túuuuuuu, tú te estáh equivocando agüelo...Que a mi me gustan lah coquinah, no el espetoh! (Me siento alagado por su interés, pero a pesar de todo, sigo siendo heterosexual)


El anciano intenta morder el cuello del Niño C, cuando este, pega una voz que ni una madre gitana llamando a su hijo por el balcón. El efluvio de los panes de ajo que nuestro buen amigo el Niño c se comió antes hace retroceder al impulsivo anciano. Que libera su presa mientras se cubre la cara, asqueado.


IRAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA! Pooooo, po po po, pae, Ya tah puesto tonto! Me pagah la pizza o te toco la carita! (caballero, esta conducta es impropia de una persona de su edad. Págueme la pizza para que pueda marcharme)


De pronto, el viejo verde recupera la compustura, alza los brazos y comienza una letanía en un oscuro idioma que a nuestro héroe le suena a como hablan los vecinos rumanos de la Yoli, la pava que se zumba los martes. Las ventanas de la sala se abren de par en par y por ellas entran volando tres mujeres ligeras de ropa.


No ve vieho, etto eh mejó quel Scandalo´s. Pae, zi vuelah y tó...Ande tieneh los cables? Aing oma que rica, ven que te de candela! dame veneno que quiero moríiii dame veneeeeenoooo (vaya, que tres chicas tan atractivas, pensándolo mejor, tal vez me quede un poco más)








Continuará...