viernes, enero 12, 2007

Kim Jong Il SUCKS!


Pensaba titular esta entrada “Corea del Norte sucks!” pero luego he pensado que el típico ciudadano de por allí tiene poco que decir en la nefasta dirección que está tomando su país. Tiene mucha más culpa el régimen comunista dictatorial que lleva más de cinco décadas instalado en el poder.

Lo primero que llama la atención del comunismo norcoreano es que parece ser que el mando es hereditario, como si fuera una monarquía. Kim Jong-il es el hijo del anterior presidente, Kim Il-Sung, Una moderna dinastía amparada por los gerifaltes del partido, los cuales debieron de pensar algo así como “más vale malo conocido...”

Kim Jong-il cae mal sólo con verlo y escucharlo, al menos a mí y eso que no entiendo ni una palabra de coreano. Ese tupe extraño que lleva me parece una abominación contra natura, si se pusiera un gato muerto sobre la cabeza, le quedaría mucho mejor. Dicen algunas lenguas más afiladas que la mía que este elegante caballero tiene un grave complejo por su altura, concretamente por su falta de ella, lo que hace que no solo lleve su característico peinado de enfermo mental, sino que se plante en la calle con unas alzas en los zapatos de casi 15 centímetros. Bueno a cada cual con sus rarezas, yo mismo tengo algunas y conozco gente con manías estéticas mucho peores que las de Kim Jong-il...No obstante esas personas no dirigen el destino de unos 23 millones de personas, ni hacen pruebas con misiles nucleares sólo para cabrear a ciertos países que no necesitan demasiado para cabrearse.

Por lo que se ve, hay dinero de sobra en el país para pagar las investigaciones necesarias para desarrollar bombas atómicas, construir misiles que lleguen a Alaska y para seguir aumentando la colección personal de películas pornográficas que posee el mini-mandatario norcoreano, no obstante no hay dinero para acabar con el hambre extrema, que afecta al 10% de la población, dos millones de personas que están muriendo lentamente.

Lo que seguro que no se paga con dinero son las vidas destrozadas por un régimen que prohibe cualquier tipo de disidencia, que mantiene abiertos campos de reeducación y de trabajo donde la gente desaparece sin dejar rastro, en los que hay internados unos 200.000 ciudadanos de la nación. Parece que Kim Jong-il aún no ha llegado a los extremos de Pol-pot y los jemeres rojos en Camboya, pero que no le anda demasiado a la zaga, ya que existen testimonios de desertores que aseguran que estos internos son empleados en ocasiones como cobayas para experimentos con armas químicas, entre otras salvajadas.

Hace tiempo vi un reportaje sobre varios grupos de niños de Corea del Norte, los cuales eran obligados a participar en actividades de gimnasia rítmica. Los chavales se sabía todos y cada uno de los eslóganes del partido e incluso cantaban canciones infantiles alabando al presidente del país. Una vez al año, actuaban delante de mandos del partido, siempre les decían que iba a venir el presidente, pero los pobres chavales acababan esperándolo más que a Godot. El mini- presidente nunca aparecía. Para mi es terrible ver como se puede marear a la gente de esa manera y que te sigan adorando públicamente. En ese mismo reportaje ví más cosas inquietantes, como las radios empotradas a la pared de la cocina, emitiendo a todas horas sin que se pudiesen apagar, lanzando consignas diabólicas sobre las virtudes del régimen.

La situación de Corea no tiene visos de cambiar, es poco probable que mini-Jong muera pronto y el régimen ya a sobrevivido lo suficiente como para resistir bastantes turbulencias. Es más, es un régimen que se siente lo bastante fuerte como para sacar pecho delante de los Estados Unidos y decir “ojo, tenemos la bomba chavales, invadidnos si hay huevos”.

Para mi, queda como una prueba de lo terrible que puede llegar a ser cualquier ideología llevada al extremo, sea de izquierdas o de derechas. El discurso del dictador de izquierdas suele llevar mucho de victimismo, acusando al mundo capitalista de las mala situación del país. Mucha gente siente que formando parte de un gobierno “revolucionario”, se están enfrentando a algo, se siente poderosos en su obstinación por no dejar su estilo de vida aunque las estén pasando canutas. Los dictadores saben bien como aprovecharse de esto para ser idolatrados como dioses (Castro es otro buen ejemplo).

Aaaaa, mis amados dictadores, con quien me metería yo si no existierais vosotros...

Un saludo

1 comentario:

Francis Moriel dijo...

mmmmm no sé por qué estarás hablando de Corea del Norte ahora precisamente........ .......... ........ por qué será........ no caigo... en fin.
Totalmente de acuerdo contigo en todo, incluso en este post.