En ella me falta un peso familiar. Ya no noto los tirones que le dabas a la correa, no me llevas a paso ligero ni te escucho ladrar a cada perro con el que te cruzas.
Febrero de 1999
Paseo con Linda, hace frío, es de noche. Me cruzo con un ser asustado y tembloroso. Con las orejas gachas y el rabo entre las piernas que comienza a seguirnos. Estas solo, nadie de los que por allí están te reclama. Me dicen que han visto a una pareja entrar al Tentadero contigo y que te han dejado allí y se han ido. Te cojo en brazos y te llevo a casa, esa noche duermes en una manta a los pies de mi cama.
Junio de 1999
Te llevo suelto porque todavía no te conozco bien ni se que eres una fiera encerrada en el cuerpo de un perro faldero. Pasa un gato y sales corriendo tras el, estoy la siguiente hora buscándote hasta que al llamarte escucho tus ladridos. No se como, pero te has metido en el centro de un arbusto del que ahora no puedes salir. Cuando te saco te olvidas del miedo, con mirada depredadora, despierta y viva estudias la zona, sigues buscando al gato.
Agosto del 2000
Lucía, la hija de unos vecinos, toma como costumbre sacar a todos los perros del barrio junto al suyo. Te conviertes en el perro alfa durante un tiempo, hasta que la niña crece y pasa a interesarse más por Operación Triunfo que por correr de un lado a otro detras de cinco perros.
Octubre del 2001
Salgo del hospital. Llevo allí cinco días, estoy sin pelo y sin defensas, Un resfriado me ha dejado noqueado. Al llegar a casa sales como una flecha a recibirme, me doy cuenta al poco que aprovechando mi ausencia, te han llevado al veterinario para esterilizarte. Pese a ello y a la mala leche que me entra, pronto descubro que tu carácter no ha cambiado. Quizás sea mejor asi al fin y al cabo, teniendo a Linda en la misma casa, podría habernos llegado una camada en cualquier momento.
Octubre del 2004
Hace 7 meses que no te veo. Te han malcriado en mi ausencia, pero sigues siendo fuerte como un toro de medio palmo, la noche en que regreso abandonas tu cesta y vuelves a dormir a los pies de mi cama.
Diciembre del 2005
Un pringao intenta atracarme mientras os paseo Linda y a ti, empiezas a ladrar. Notas que algo raro pasa, Y no piensas, atacas como si fueras un Lobo. Estás a punto de llevarte una patada pero consigo ponerme en medio. El tipo se va, frustrado y gritando, con el orgullo herido, un par de collejas y el dobladillo del pantalón descosido.
En el 2008
Acabamos de operar a Linda, que se ha salvado por los pelos. Estamos aliviados y contentos, pero de pronto tú empiezas a estar raro. Te llevamos al veterinario y descubre que tienes el hígado inflamado. El pronóstico es malo.
Comienzo a a darte una pastilla diaria, en cuestión de unos meses, pasan a ser cuatro.
En el 2009
Al poco de conocerla, te sentaste en sus rodillas. Así es como supe que era una buena persona.
27 de abril del 2010
Después de dos años aguantando como un jabato, nos has dejado.
No te lo reprocho. Pese a tu carácter, has soportado durante mucho tiempo que te abriera la boca y te metiera las pastillas por la fuerza. Samilin, fortecor, hepatocan...Nunca me has ladrado, ni apartado la cabeza, jamás has intentado morderme ni tan siquiera te has escondido de mi cuando te llamaba cada día, entre las nueve y las diez.
Verte estos tres meses, cada vez más consumido y apático ha sido duro, tú, que funcionabas con diesel, que mascabas cristales y meabas gasolina.
Si hace 11 años hubiera tomado otra ruta paseando o al verte me hubiese hecho el sueco, no habrías compartido conmigo tu alegría, ni me hubieras dejado esta tristeza.
Gracias por todo, compañero. No dudo ni un segundo que has dejado mil veces más de lo que te has llevado.
Que tengas buen Viaje, enano cascarrabias.
martes, abril 27, 2010
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